Rishikesh se ganó mi corazón. Es una ciudad tranquila, sagrada para los Hindus y para mi sorpresa mucho mas limpia que el resto de ciudades que he visitado.
La capital mundial de Yoga ofrece todo tipo de comida y demás facilidades para los turistas, además de Rafting, trekking y acomodación en carpas a orillas del Río. En las noches la vista y el sonido hacen de la ciudad un edén.
Hice Rafting pero la verdad no me impresiono, el río es bastante calmado, pero igualmente disfrute del paisaje.
Después del Rafting me consentí con un masaje, donde dos mujeres masajearon todas las partes de mi cuerpo sincronizadamente. Me sentí en el paraíso y todos los dolores desaparecieron.
Al atardecer visite Hariwar un pueblo cercano donde al atardecer los Hindúes practican sus oraciones y hacen ofrendas. Me sorprendió la cantidad de gente que allí se reúnen, las personas se bañan en el río, recogen agua y ofrenden canastas de flores para liberarse de sus pecados. Es increíble la devoción de la gente.
Decidí pasear en Mussorie por 3 días. El paisaje quita el aliento! Además me quede con en un hotel con balcones y vista a Dehradun así que desde el amanecer hasta el anochece disfrute de la hermosura de los picos Himalayos, pero la ciudad ofrece poco, además de la vista no hay nada mas para hacer.
Comí en el único restaurante del Tíbet en Mussorie, Kalasang. Quede fascinada con su comida, especialmente recomiendo los "Chicken Devil Momos with cheese Tipping" QUE DELICIA!!!!
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